A pesar de adornar y crear preciosos dibujos en el cielo en las fiestas de pueblos, barrios y ciudades, los fuegos artificiales no son buenos para la salud. Desde que en China se inventó la pólvora, los fuegos de artificio han estado presentes en muchas de nuestras celebraciones. Pero un estudio llevado a cabo por investigadores españoles revela que podrían ser un riesgo para nuestra salud. Las finas partículas metalíferas son perjudiciales porque penetran en los pulmones y pueden llegar a la sangre y dañar cualquier órgano.
Los investigadores estudiaron la noche de la fiesta de San Juan en Girona y las fallas de Valencia. Los colores, formas y efectos pirotécnicos se consiguen mediante diversos metales que se añaden a la pólvora (plomo, cobre, potasio, magnesio, aluminio, dióxido de azufre…), muchos de ellos no regulados por la legislación europea.
La solución no pasa por prohibir los fuegos, sino por tomar una serie de precauciones.