Aunque no lo parezca, los humanos nos parecemos mucho a la mosca del vinagre (compartimos con ella nada menos que el 60% de nuestros genes) y por eso los científicos estudian sus características más íntimas. Así se han descubierto algunos de los sorprendentes genes Hox. Cuando estos genes sufren una mutación provocan anormalidades en la colocación de los miembros del cuerpo. Y los genes Hox funcionan en la mosca del mismo modo que funcionan en los humanos.
En el laboratorio de Biología del Desarrollo de Ginés Morata trabajan también en una investigación relacionada con el cáncer y la regeneración de miembros amputados de la mano de la mosca del vinagre. Cuando un humano pierde un miembro del cuerpo, no hay ningún proceso que regenere el órgano. Sin embargo, los reptiles y los anfibios sí lo hacen y sus investigaciones van en la dirección de lograr que la mosca lo haga.