En los últimos años, los centros de investigación de desastres han detectado un aumento de las catástrofes en todo el mundo, tanto en frecuencia como en intensidad, destacando particularmente aquellas relacionados con emergencias complejas y con los desastres hidro-climatológicos.
Ello implica que más de 100 millones de personas de 36 países diferentes de todo el planeta se ven actualmente afectadas por estas emergencias naturales y conflictos armados , precisando de ayuda humanitaria.
En esta situación ha puesto el foco el curso “El papel de los profesionales en los medios de comunicación en respuesta humanitaria ante las situaciones de crisis, emergencias y desastres”, con la dirección de Indagando Televisión, celebrado como parte del programa de la Cátedra Extraordinaria MSD-UIMP Salud, Crecimiento y Sostenibilidad
Quiénes actúan en una catástrofe y cómo se coordinan; cuáles son las fuentes oficiales de información y cómo acudir a ellas; la epidemiología de los desastres como fuente de información para los periodistas, el equipo básico del periodista de emergencia, las redes sociales en las emergencias, aspectos éticos y deontológicos de la información de emergencias, cómo se previene y se controla la propagación internacional de enfermedades o por qué unas enfermedades son noticia diaria y otras no aparecen en los medios de comunicación, son algunos de los temas que se abordarán en este foro.
“Los medios de comunicación tienen un papel clave en las situaciones de crisis, emergencias y desastres que va más allá de la simple narración de los hechos. Cuando acuden a un desastre encuentran una población vulnerable que lucha por las necesidades básicas. Los periodistas se convierten en la principal fuente de información que puede proporcionar una mejor comprensión de lo que está sucediendo y concienciar para prevenir futuras crisis”, ha indicado Graziella Almendral, directora del curso y directora de Indagando TV. Por ello, uno de los principales objetivos del curso es, precisamente, “formar para poder informar entendiendo cómo funciona la respuesta. El curso, en definitiva, proporciona a los periodistas herramientas para que puedan hacer, en situaciones muchas veces de urgencia y tensión, el mejor trabajo posible”, ha asegurado.
Por su parte, Ignacio González, director de Servicios Universitarios de la UIMP, ha destacado la importancia de unir dos elementos “clave” en situaciones de catástrofe: “El periodismo es capaz de sensibilizar a la población y las empresas farmacéuticas consiguen mejorar la vida de los afectados de forma directa”, ha concluido.
A su vez, el director médico de MSD en España, Joaquín Mateos, ha resaltado que “cursos como este permiten reflexionar sobre la importancia de la información rigurosa en un ámbito tan sensible como las crisis humanitarias, porque a través de la información de rigor se puede colaborar para ofrecer mejores ayudas ante estos problemas, mediante mensajes de educación y medidas de prevención, facilitando las indicaciones de las autoridades responsables, o sensibilizando a la población”. Joaquín Mateos ha añadido que “en MSD tenemos un gran compromiso con la salud y en especial con la reacción antes las emergencias, como demuestra nuestro programa de largo alcance “MSD Medical Outreach Program”, a través del cual canalizamos donaciones de productos farmacéuticos y prestamos apoyo humanitario, incluyendo el envío de voluntarios de la Compañía cuando surgen situaciones de desastres y emergencias en todo el mundo; y también con la información médica de calidad, tanto para profesionales sanitarios como para el público general, como prueba nuestro Manual MSD, la guía para buscar información médica más consultada del mundo”.
Como han explicado los expertos, ante las emergencias y desastres humanitarios, es importante la “coordinación de los diferentes agentes implicados para conseguir unos resultados óptimos”, según ha afirmado el doctor Pedro Arcos, ponente del curso y director de la Unidad de Investigación en Emergencia y Desastre UIED, del Departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo.
En este sentido, y como ha afirmado la doctora Carmen Limiñana, experta en emergencias y desastres y ponente del curso, “para conseguir un menor impacto en salud y reducir riesgos es importante seguir las directrices que recomiendan los organismos internacionales no solo en el momento de la crisis mediante criterios de actuación, sino también de forma preventiva, como en la construcción de diques, preparación de equipos de emergencia y hospitales, realización de simulacros, educación de la comunidad, etc.”.
De hecho, resulta esencial no centrarse únicamente en el momento de la fase crítica de la crisis, sino abordar todo el proceso en el que se actúa –antes, durante y después. En ello ha insistido el Dr. Arcos, pues ha reclamado que “todavía llama la atención que algunos medios siguen dando una cobertura informativa centrada exclusivamente en la fase aguda de respuesta a la emergencia, cuando muchos de los verdaderos problemas de un desastre vendrán después de esa fase aguda”, por lo que, ha añadido “debemos fomentar y dar a conocer que una crisis o desastre no implica solo el momento que trasciende en los medios o que más cobertura mediática tiene, sino que hay mucho más detrás”.
En este aspecto también ha incidido el doctor Daniel López Acuña, ex Asesor a la Dirección de la OMS y ex Director de Políticas y Estrategias de Gestión de Recursos de Acción Sanitaria en las Crisis, y ponente del curso, quien ha explicado que “hay muchas crisis que no reciben atención, ni humanitaria ni mediática. Aunque muchas veces el gran detonador está en las muertes que se producen, no hay que olvidar su impacto en términos de desplazamientos, falta de suministros y alimentos, salud o educación, entre otros”.
Información rigurosa, asistencia más eficiente
Los medios de comunicación son un actor más dentro del sistema internacional humanitario, jugando un rol esencial tanto para sensibilizar a los donantes y conseguir fondos de manera sostenible en el tiempo, como para colaborar con el resto de actores en denunciar situaciones que afecten a la dignidad y derechos de los afectados.
Por otra parte, “el periodismo de crisis debe hacer seguimiento de todo tipo de desastres, y no solo de los de alta letalidad”. Además, “los periodistas deben saber identificar aquellas crisis en las que las necesidades a cubrir son consecuencia directa del subdesarrollo crónico de un país; la solución en estos casos va más allá de la ayuda humanitaria”, ha comentado Daniel López Acuña.
“Un manejo efectivo de la información puede contribuir a una asistencia humanitaria más sólida y eficiente, ya que los medios son una vía para transmitir mensajes de educación sanitaria y medidas preventivas hacia la población. Por ello, los periodistas deben contar con una formación que les permita entender el fenómeno, sus causas y los efectos de los diferentes tipos de abordaje, entendiendo además el componente político, la visibilidad de respuesta y los efectos negativos que provoca”. Así lo ha asegurado la Dra. Limiñana, que ha incidido en que “es importante que los profesionales de la comunicación conozcan el contexto en el que se desenvuelven los desastres, cómo actúan los agentes humanitarios y cómo se coordinan, para permitirles desechar los mitos en este sentido y aproximarse a la realidad, ya que tienen la gran oportunidad de sensibilizar a la población general sobre problemas reales que sufren ciertos sectores de la población y las iniciativas que existen para mejorarlos; y así fomentar la esperanza de que un mundo mejor es posible”.