Los expertos coinciden en que las emergencias y situaciones de catástrofes relacionadas con el cambio climático van a aumentar en todo el mundo. En el caso de España, Pedro Arcos, director de la Unidad de Investigación en Emergencia y Desastre (UIED), afirma que se prevé un agravamiento o situaciones extremas climáticas más frecuentes y más intensas. En concreto, las principales amenazas aquí son cambios bruscos y extremos de temperaturas (ya se observan algunas bajadas de 20 grados de diferencia en apenas 24 horas), las inundaciones y los incendios forestales. “Son los que tienen más impacto por número de afectados, y de cada vez irán a más”, apunta.
Para hacer frente a situaciones como estas, no basta la respuesta que se pueda dar en el momento de la fase aguda, sino que es vital la prevención y la valoración posterior. “No somos un país muy acostumbrado a planificar a medio y largo plazo, pero es lo que se requiere ahora para hacer frente a estos fenómenos extremos. Hay que modificar la política energética, apostando claramente por las energías renovables en lugar de ir dando bandazos como hasta ahora; modificar los usos del suelo para las inundaciones; cambiar la política hídrica, porque hay una sobreexplotación del agua sobre todo en zonas turísticas, y trabajar más en la prevención de incendios durante todo el año”, explica Arcos.
El doctor Pedro Arcos, junto al doctor Daniel López Acuña (ex asesor de la OMS) y la doctora Carmen Limiñana (experta en emergencias y desastres) imparten un curso sobre asistencia sanitaria en situaciones de crisis en la Escola de Salut Pública de Menorca que se celebra estos días en el Llatzeret de Maó, en colaboración con la Fundación Dr. Antonio Esteve. Su objetivo es formar a los profesionales de la salud para que sepan actuar en casos de desastres.
Lo básico es saber primero si el país afectado necesita ayuda exterior para gestionar la emergencia; conocer bien el lugar al que se va a actuar (hay que integrarse y conocer algunos aspectos culturales importantes); montar un puesto médico avanzado u hospital de campaña; coordinarse con otros equipos sanitarios que estén actuando sobre el terreno y, por último pero también muy importante, saber cerrar el trabajo realizado y traspasar toda la información sobre los pacientes tratados a los médicos que se queden sobre el terreno.
Por otra parte, hay que saber adaptar la formación de los profesionales porque cada catástrofe provoca distintos tipos de patologías. La doctora Carmen Limiñana comenta en este sentido que cuando hay un terremoto, se producen más lesiones y traumatismos; en cambio cuando se produce una inundación rápida, hay menos heridos porque la mortalidad aumenta pero los supervivientes padecen semi-ahogamientos, otitis, heridas que se infectan por la contaminación del agua, etc. En el caso de un tsunami, se mezclan ambos problemas, el del terremoto y la inundación, aunque se puede alertar a la población para evitar la mortalidad.
Posteriormente, si las personas consiguen un refugio en condiciones como un albergue o un polideportivo donde están a resguardo del frío, tienen comida y agua corriente para lavarse, no suelen surgir más problemas. En cambio, cuando están en un campamento de desplazados, con frío y sin espacio para dormir, aparecen problemas respiratorios o enfermedades transmisibles, añade la experta.
Fuente: Escuela de Salud Pública de Mernoca
Curso Asistencia sanitaria en situaciones de crisis
Profesores:
Dr. Daniel López Acuña, ex asesor a la dirección general de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Dr. Pedro Arcos González, director de la Unidad de Investigación en Emergencia y Desastre, UIED, Universidad de Oviedo
Dra. Carmen Limiñana, experta en emergencias y desastres
Coordinadora:
Graziella Almendral, Indagando TV
Entidades colaboradoras:
Fundación Dr. Antonio Esteve