Se cumple un mes del atroz ataque del Ejército estadounidense contra el hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz (Afganistán). El bombardeo fue de una precisión milimétrica y duró más de una hora. Como consecuencia de este brutal acto, murieron 30 personas –entre trabajadores humanitarios de la organización y pacientes- y otras 37 resultaron herida.MSF quiere rendir homenaje a los compañeros y pacientes fallecidos; recordar a las miles de personas que en Kunduz y en el norte de Afganistán se han quedado sin atención médica especializada cuando más la necesitaban; defender los Convenios de Ginebra; y pedir, una vez más, una investigación independiente.
