En las rías gallegas, donde el océano se mezcla con los ríos y el viento mueve las balsas de mejillones, los estudiantes aprenden a leer los secretos del mar. Cada gota de agua guarda información sobre el futuro: temperatura, salinidad, oxígeno… datos que viajan miles de kilómetros hasta Bruselas para decidir políticas, inversiones y estrategias que afectan a todo el planeta. Así funciona la llamada economía azul: una red que conecta a pescadores, científicos y políticos para hacer del mar una fuente sostenible de vida y empleo. Desde Galicia hasta Italia, los datos recogidos bajo el agua ayudan a planificar la pesca, proteger el ecosistema y orientar la economía europea hacia un modelo más limpio y justo. Y mientras en Bruselas se trazan políticas, en Vigo los ciudadanos caminan junto al mar por el nuevo “sendero azul”. Un recordatorio de que todo empieza ahí, donde el océano toca tierra. Porque entender el mar es entender nuestro futuro.
